En un entorno de mayor compromiso social, las organizaciones deben buscar el mejor mecanismo para liderar cualquier proceso o espacio de debate en la agenda pública sin que sus mensajes se diluyan entre la multitud de stakeholders. En este sentido, la primera tarea que se avecina en el horizonte es definir un plan de acción estratégico, el cual, se materializará en una campaña con objetivos, metas, tiempo de trabajo, inversiones e interacciones con los demás actores con voz en la temática.

La elaboración de una campaña requiere de un enfoque multidisciplinario y de la predisposición de todos los integrantes de la organización para llevarla a cabo de forma eficaz y coherente, por ende, estamos hablando de que representa el núcleo o esencia que guiará el corto, mediano o largo plazo. A su vez, para cobrar forma definitiva se alimentará de diferentes insumos, por ejemplo, los análisis FODA o PEST, mapa de stakeholders, identificación de aliados y detractores, estudios sectoriales o sobre la regulación con impacto organizacional, etc.

Por otra parte, la información que maneja la organización permitirá entender el rango de acción que tendrá la campaña como herramienta de Asuntos Públicos, ya sea, el posicionamiento de ciertos mensajes, la influencia directa en una normativa parlamentaria o la movilización comunitaria en pos de un tema de interés. A su vez, garantizará la elección de los aliados con los que se comparen posiciones, de hecho, la mayoría de las entidades empresariales buscan que los actores del sector los acompañen para evitar la asimetría que representa una negociación individual en un mundo complejo, donde las velocidades de ingreso y salida en la agenda pública se caracterizan por su rapidez.

En este contexto, las organizaciones avanzaron, recientemente, en el uso frecuente de las campañas lideradas por la gente o grassroots, con múltiples objetivos: a) lograr el cambio social; b) crear las condiciones para que los ciudadanos se interesen en la defensa de algún proyecto; c) movilizar a los votantes de un candidato, “haciéndolos sentir parte de un proyecto” (ACOP); d) explotar el potencial que representa el movimiento social como herramienta de lobby. Justamente, esta última práctica se está alimentando diariamente de los beneficios del grassroots y está cambiando el eje de los aliados corporativos a la ciudadanía, es decir, de un “propósito a ser activistas lideres dentro de su comunidad”.

Las campañas grassroots son un excelente complemento a cualquier acción que pueda encarar la organización, inclusive, pese a su carácter espontaneo, brinda espacio para transmitir algunos de los mensajes claves, los cuales, deben ser trabajados para evitar cualquier efecto negativo en la reputación institucional. En un artículo escrito por la Consultora LLYC, titulado “Grassroots: el poder de las comunidades organizadas”, se identifican diferentes etapas:

  • Planificación: las comunidades están desorganizadas, no cuentan con las herramientas necesarias para pasar a la acción. Como organización, se requiere comprender el entorno social, sus motivaciones, lógicas de actuación y necesidades.
  • Captación: es cuando nuestra idea alcanza a la comunidad y empieza a generar interés. Es importante que los mensajes claves generen empatía y motivación.
  • Organización: las comunidades empiezan a organizarse. Aquí cobran vida los canales de comunicación para conocer sus opiniones y comentarios sobre el proyecto.
  • Activación: como lo indica su nombre, se pasa a la acción con herramientas, objetivos claros y un mix entre autonomía y liderazgo organizacional.
  • Celebración y evaluación: esta es la parte donde la comunidad ve su impacto en el proyecto y logra percibir un triunfo de sus intereses sobre el entorno que la rodea.

Finalmente, considerando las diferentes campañas, aquellas más tradicionales (guiadas por alianzas tradicionales) y las grassroots, Accès ofrece la posibilidad de plasmar tus acciones en una única plataforma, pensando en un enfoque integral para una gestión eficaz, ágil y simple de la participación o posicionamiento en la agenda pública. Como organización, tienes la posibilidad de elegir la mejor forma de que tus mensajes sean una realidad concreta en un entorno de cambio y dinamismo social.